Echando la vista atrás he empezado a recordar aquellas maquinitas que llevábamos de un sitio para otro y nos permitían jugar con nuestros videojuegos en cualquier parte. Mis primeras "videoconsolas" portátiles. Mis Game & Watch. Y lo digo en plural porque tuve varias de estas máquinas. Pasó a ser una obsesión por tenerlas todas entre mis hermanos y yo, y así cada cumpleaños o celebración con algún regalo de por medio aprovechábamos para pedir una distinta y completar la colección. Ya os digo que no lo conseguimos, claro...
Todo este afán coleccionista empezó con esta dichosa maquinita, no se si habréis jugado alguna vez a este juego, pero yo diría que sí.
Pues sí señores, el magnífico "Pac-Man" en versión portátil, una maravilla jugable y adictiva como ninguna otra cosa en este mundo. Esta máquina era atractiva ya de por si. Su diseño es espectacular como podéis ver, y aunque sólo incluía un juego, este era mas que suficiente para tenerte enganchado al stick amarillo horas y horas esquivando a los fantasmillas y comiendo puntitos pequeños y grandes. Una pasada. Aunque eso sí, era un poquito grande para llevarla en un bolsillo. Así que la primera portátil que tuve se podría considerar esta de aquí abajo.
"Patrol car" se llamaba y consistía en llevar un coche de un lado de la carretera al otro esquivando los coches que venían de frente, recordando al magnífico "Frogger", pero algo más sencillo si cabe. Después llegarían las más más adictivas y mejor acabadas técnicamente Game & Watch de Nintendo y empezaría el ansia por tenerlas todas como fuera, igual que los Pokemon. Y la primera de todas tratándose de la gran N no podía ser otra. Ésta de aquí.
¿Bonita, eh? Pues el juego que albergaba era ni más ni menos que "Donkey Kong", con Mario y el gran gorila tirabarriles de turno. Como podéis observar ya en esos tiempos, principios de los 80, la máquina estaba compuesta de dos pantallas, pad digital de cuatro direcciones y un botón de acción para el salto del bigotudo, nada que envidiar a la actual Nintendo DS. Los sprites ya estaban dibujados en la pantalla y se iban "iluminando" con las acciones del pad o del botón de acción, dando la sensación de movimiento que para aquellos tiempos era más que suficiente y convincente. La mecánica del juego también era muy sencilla a la par que entretenida y consistía en esquivar los barriles que iba tirando el gran gorila plataforma tras plataforma hasta llegar a la superior de todas activar la grúa y subirse a ella para quitar los soportes de la última viga uno a uno y hacer caer al simio para rescatar a nuestra chica. Simple pero efectivo. Y muy adictivo. De eso se trata ¿no?
Más tarde se unirían al grupo unas cuantas más, cada una con su estilo de juego bien definido y con diversión más que suficiente para mantenernos pegados a las maquinitas un buen tiempo de parte de nuestra infancia, agradable tiempo diría yo. La segunda parte del mono de Nintendo, un juego de extinción de plagas de insectos y un pinball de los de toda la vida muy conseguido para ser completamente digital.
Dinamita para nuestros bolsillos. Si bien hay que destacar que la duración de sus pilas era algo escasa, y éstas caían como mosquitos, así como que las temáticas de juego eran muy repetitivas ya que solo incluían un juego con dos modos de juego, todo esto no era óbice para que se disfrutaran como el mejor videojuego jamás creado, y además en la palma de nuestra mano. Nuestros bolsillos no estuvieron jamás tan llenos de diversión como en aquellos tiempos. Bueno por lo menos hasta que llegó la reina de las consolas portátiles hasta el día de hoy. Pero eso será en un nuevo capítulo de Meus Machina. Saludos.
P.D: Dedico este post a mis hermanos, compañeros de mis aventuras videojueguiles. Un abrazo nengs!!!!